
Nuevos bríos de esperanza
Si la lactancia materna no existiera, cualquiera que hoy día la hubiera inventado, merecería un doble Premio Nobel; de Medicina y de Economía.
La lactancia es la primera gran vacuna del niño contra la muerte, la enfermedad y la pobreza, así como también su inversión más perenne en su capacidad física, cognitiva y social. Constituye por tanto, una de las intervenciones de mayor impacto a nivel poblacional que otorga beneficios en niños, mujeres y en la sociedad entera.
La lactancia materna reduce la morbi-mortalidad infantil, aumenta la puntuación del coeficiente intelectual, mejora el rendimiento escolar y aumenta el ingreso per-cápita de esos futuros adultos. Todo ello, esencial para reducir la pobreza, por lo cual también contribuye a la equidad al brindar a todos los niños una ventaja nutricional para alcanzar una vara más justa con la cual enfrentarse a los desafíos sociales y culturales.
Si de números se trata, se ha demostrado que la lactancia podría evitar la muerte de 823.000 niños y 20.000 madres cada año a nivel mundial, junto con un ahorro económico de 300.000 millones de dólares- por mencionar algunas cifras.
Las organizaciones profesionales de todo el mundo recomiendan la lactancia materna o la alimentación con leche materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y luego complementada con alimentos adecuados durante al menos los dos años de edad. Sin embargo, también es de público conocimiento que las tasas de exclusividad y de continuación de la lactancia siguen siendo subóptimas en la mayoría de los países del mundo.
Las razones por las que las mujeres evitan o dejan de amamantar van desde las médicas, culturales, psicológicas hasta las molestias físicas y el propio dolor. Estos asuntos no son triviales y muchas madres sin apoyo recurren a un biberón de fórmula. Esta situación que se multiplica entre poblaciones e involucra intereses comerciales multinacionales, tiene consecuencias catastróficas sobre las tasas de lactancia y la salud de las generaciones posteriores.
Es aquí donde entramos en juego profesionales de la salud y personas que acompañamos a las díadas y sus familias en el proceso de amamantamiento. Nuestro rol es clave para bien informar, favorecer, proteger y fomentar prácticas que la evidencia hasta el momento nos ha demostrado contundentemente, permiten mejoras en las tasas de inicio, de exclusividad y de duración de la lactancia, cuando las aplicamos de forma sistemática.
Una revisión integrativa de la literatura demostró que los profesionales de la salud consideran la lactancia como un acto puramente instintivo y biológico. Sin embargo sabemos que esto no es así; las mujeres estamos atravesadas por la cultura que nos rodea y junto con la educación y la falta de visibilización de esta práctica, no resulta tan natural, sobre todo para las madres primerizas. Los estudios analizados mostraron, en la mayoría de los casos, que los profesionales de la salud no están capacitados para la promoción ni el manejo de las principales dificultades que se presentan durante la lactancia.
Resulta fundamental que el equipo de salud, en cada contacto que tenga con la familia, ya sea en el periodo prenatal, durante el parto, el postparto inmediato y en los posteriores controles del binomio, tenga la disponibilidad de acoger, educar, escuchar y aclarar dudas, fomentando el intercambio de experiencias y brindando, cuando sea necesario, una valoración única de cada caso, demostrando también habilidades prácticas en su manejo.
Para eso necesitamos con urgencia, profesionales de la salud comprometidos y debidamente capacitados, trabajando multidisciplinariamente en equipo, potenciando las capacidades y habilidades específicas de cada uno de ellos, relevando también el manejo de habilidades blandas y de herramientas comunicacionales que permitan la aproximación integral, empática y respetuosa en la entrega del servicio.
En todo caso, el sentimiento que nos queda luego de terminar nuestra primera formación online “Amamantar, mucho más que alimentar” es de ESPERANZA, porque fuimos testigos de la energía, participación y entusiasmo de nuestras alumnas. Ellas son nuevas luces que traen bríos renovados y estamos ciertas que poco a poco iremos difuminando esos destellos de información y de amor entre pares y colegas, para ir instaurando desde la base, una sociedad más justa, más equitativa, más sana y más fructífera.
Dra. María Inés Arce Valdés
Directora Alea Lacta Academy
Médica cirujana
Magíster en Salud Pública
Diplomada en Salud Familiar
IBCLC N° L-132011
Referencias bibliográficas
- Victora, C.G. et als. Breastfeeding in the 21st century: epidemiology, mechanisms and lifelong effect. Lancet 2016; 387: 475–90
- https://www.who.int/health-topics/breastfeeding#tab=tab_1
- de Almeida, J. M., Luz, S., & Ued, F. (2015). Apoio ao aleitamento materno pelos profissionais de saúde: revisão integrativa da literatura [Support of breastfeeding by health professionals: integrative review of the literature]. Revista paulista de pediatria: orgao oficial da Sociedade de Pediatria de Sao Paulo, 33(3), 356–363.
Etiqueta:lactancia, lactancia materna, profesionales de la salud